Los mercados caminan hacia una nueva “economía abierta” cuyos fundamentos e impulsos son el aumento del trabajo freelance y de la movilidad en las empresas, el impacto del avance de la inteligencia artificial, la integración de startups en la estructura organizativa de grandes corporaciones o tendencias en alza como BYOD. Básicamente estamos hablando de movilidad, y de todo lo que ésta implica e implicará para empresas y trabajadores, incluyendo un necesario e imprescindible aumento de la seguridad.
Hacia la “economía abierta”
El avance hacia este nuevo estado de “economía abierta” es imparable; sus orígenes se remontan años atrás, pero será en 2020 cuando se hayan asentado sus bases, tal y como refleja un informe realizado por The Future Laboratory para Samsung bajo el título “The Open Economy”.
“Muchas empresas europeas ya han comenzado a realizar cambios radicales en sus negocios adoptando nuevas tecnologías inteligentes que impulsan el núcleo de su negocio, integrando nuevos tipos de trabajadores y dispositivos, encontrando nuevas maneras de manejar rápidamente los recursos humanos cambiantes… Pero muchos otras están luchando por encontrar nuevas vías de acceso a la Economía Abierta, y necesitan ayuda para dar sus primeros pasos”.
Mayor integración de la tecnología, aumento de los trabajadores freelance y transformación de los procesos de trabajo, todo ello en su conjunto hará crecer la necesidad de contar con más y mejores medidas de seguridad, más aún cuando los informes demuestran que, año tras año, la ciberdelincuencia aumenta, como también lo hace el coste que provoca en el conjunto de la economía del planeta.
Los avances en inteligencia artificial y aprendizaje automático serán decisivos en la consolidación de la economía abierta. La mayor inversión de las empresas en esta tecnología (9.200 millones de dólares para 2019) obligará a su vez a que las empresas inviertan más en seguridad, pues se abrirán nuevos escenarios y grados de riesgo. Al mismo tiempo, la automatización de procesos repetitivos liberará el talento de los empleados y con ello, impulsará la expansión de la oficina móvil, el crecimiento de los trabajadores freelance, la independencia y la flexibilidad, acompañada de un fortalecimiento de tendencias esenciales para todo ello, como lo es BYOD (Bring Your Own Device).
“Encontrar maneras de capacitar de forma segura a las nuevas generaciones de trabajadores freelance va a ser el desafío comercial número uno. En un plazo de tres años, se espera que las empresas tengan que lidiar con más de 7.300 millones de dispositivos conectados, mientras que la mano de obra evolucionará para dar lugar a una nueva forma de cómo, dónde y cuándo operan las empresas”, explica Nick Dawson, director global de estrategia de Samsung Knox.
Pero el impacto irá más allá, pues bajo estas circunstancias, los responsables de reclutar al personal buscarán en los candidatos capacidades más humanas y menos técnicas, como la intuición o el criterio.
Con todo ello, en el marco de una “economía abierta”, las nuevas oficinas se caracterizarán por su carácter abierto y por contar con una plantilla de trabajadores dispersa, que trabajará remotamente, desde cualquier lugar y en cualquier momento, a través de sus propios dispositivos móviles y de forma colaborativa, con unas altas e imprescindibles medidas de seguridad.