Un reciente estudio elaborado por la firma PwC bajo el título “Work-life 3.0: Understanding How We’ll Work Next”, pone de manifiesto que, en este proceso de transformación digital iniciado por empresas de todo tamaño y sector, aún queda un largo camino por recorrer si lo que se desea es lograr la máxima productividad y eficiencia, incrementar la tasa de retención de los empleados, etcétera.
En este sentido, aunque la mayoría de los 1.385 empleados encuestados afirma que les gusta su trabajo, lo cierto es que bajo esta afirmación general se esconden muchas discrepancias. Así, la gran mayoría de los trabajadores no da a la dirección de su empresa una alta puntuación, y aunque la mitad asegura buscar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, sólo el 34% confiesa haberlo logrado. Por otro lado, sólo el 36% considera que sus opiniones son tenidas en cuenta en el trabajo, y el mismo porcentaje asegura sentirse apreciado en el trabajo.
Por lo que respecta al crecimiento personal y profesional, muchos se sienten estancados en sus trabajos: tan sólo el 33% dice que ha tenido oportunidades para aprender y crecer en el trabajo durante el último año.
Como resultado de lo anterior, la lealtad de los empleados se convierte en un factor débil y cuestionable. Tanto es así que tres de cada diez trabajadores esperan cambiar de trabajo dentro de los próximos seis meses, y el 38% espera que este cambio ocurra en el próximo año.
Estas cifras difieren según los grupos de edad, ya que el estudio refleja que los trabajadores más jóvenes son más propensos a tener actitudes contrarias a su empleador: casi la mitad de la generación Z y un tercio de los Millennials consideran probable o muy probable que cambien de trabajo en los próximos seis meses, frente a sólo el 19% de sus homólogos seniors.
Estas diferencias se agravan por el hecho de que los empleadores suelen ser ajenos a estas frustraciones sentidas por los empleados. Así, el 62% de los empleadores encuestados considera que su relación con los empleados es “una asociación comprometida”, mientras que los empleados son más propensos a considerar esta relación como un “matrimonio de conveniencia” o una “amistad casual”.
Por lo que respecta a la disponibilidad de recursos, la mitad de los ejecutivos cree que sus empleados cuentan con los recursos necesarios para hacer su trabajo, sin embargo, tan sólo el 39% de los trabajadores está de acuerdo con tal afirmación.
Este estudio también revela otro aspecto, cuanto menos curioso: el 43% de los empleados de pequeñas empresas afirma sentirse feliz en su trabajo, frente a sólo el 27% de sus homólogos en grandes empresas.
Y en cuanto a flexibilidad, también las pequeñas empresas parecen tomar la delantera. Mientras que al 86% de los trabajadores de grandes empresas le gustaría trabajar desde casa uno o más días a la semana, sólo el 26% lo hace. Por el contrario, más de la mitad de los trabajadores de pequeñas empresas afirma disfrutar de este beneficio.
De esta manera, el trabajo elaborado por PwC constituye una valiosa fuente de información que pone de manifiesto la realidad del trabajo digital, haciendo especial énfasis en las distorsiones actuales y marcando así el camino que deben tomar las empresas para mejorar.