María, Paul y Stephanie trabajan para una exitosa empresa de eCommerce europea, cuya sede está localizada en Dublín. Ninguno de ellos trabaja desde una ubicación fija. Se comunican y colaboran con absoluta normalidad desde su casa, la cafetería, el taxi o el tren. Su jornada laboral no entiende de horarios, y se conectan a las 11h, a las 18h o a las 23h.
Todos tienen algo en común: pertenecen a la generación de los conocidos como ‘millenials’ y han crecido al abrigo de la globalización y las nuevas tecnologías. Son rápidos, flexibles y trabajan en red. No necesitan oficinas, ni mesas, ni rigideces. Les basta un móvil, un ordenador, la nube y conexión a Internet. Son ‘nómadas digitales’, y están rompiendo los esquemas tradicionales de trabajo en las empresas.
Muchas empresas están tomando buena nota, y ya están adaptando sus sistemas a esta nueva realidad del mercado laboral.
El auge de la movilidad y el teletrabajo
La digitalización del trabajo, la expansión de Internet y la sofisticación de las tecnologías de la comunicación y la informática han abierto multitud de posibilidades a los trabajadores. Cada vez más tareas pueden hacerse de forma remota y esto ha propiciado que el teletrabajo, antes sólo posible para unos pocos privilegiados, se haya convertido en algo común en el ámbito de los trabajadores y las empresas.
Aunque no todos los países evolucionan al mismo ritmo en la implantación del teletrabajo, el porcentaje de personas que trabajan a distancia aumenta de forma continua. Así lo demuestra el informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), durante el primer trimestre de 2017. Este estudio, en el que se analizan 15 países de la UE, América y Asia, pone de manifiesto que la incidencia del teletrabajo “varía considerablemente, entre el 2% y el 40% de los trabajadores, dependiendo del país, la profesión y el sector”.
Finlandia, Japón, Países Bajos, Suecia y Estados Unidos son los países con porcentajes de teletrabajo más elevados. Dentro de Europa, los líderes en esta práctica son los países escandinavos seguidos por Bélgica, Francia, Holanda y Reino Unido. En las últimas posiciones están situados España, Hungría, Italia y Alemania.
Nómadas digitales: trabajando en cualquier parte del mundo
Los nómadas digitales son personas que aprovechan la libertad que les da la tecnología para trabajar desde cualquier parte del mundo, y que tienen trabajos que no dependen de una ubicación geográfica concreta para llevarlos a cabo. Hay diferentes tipos de nómadas digitales: freelancers, grupos de freelancers que trabajan para una misma empresa, emprendedores, o personas que trabajan para empresas desde diferentes partes del mundo.
En el ámbito de los Digital Nomads, las profesiones más comunes son: periodistas, fotógrafos, corresponsales, escritores, diseñadores web, programadores, bloggers, community managers, desarrolladores de software, diseñadores gráficos, o cualquier forma de coworking. Todas estas profesiones tienen una característica común: permiten trabajar de manera organizada y colaborativa, incluso siempre virtualmente, y sin necesidad de encontrarse en una ubicación geográfica o localización física concreta.
¿Empresas nómadas digitales?
El concepto de nómadas digitales no es exclusivo de profesionales freelance. Las empresas de hoy tienden cada vez más a la ‘nomadización’, fomentando la extrema movilidad y colaboración virtual de sus trabajadores. Estamos, por tanto, ante la expansión de un nuevo tipo de empresas: las formadas por ‘Digital Nomads’.
Actualmente, las nuevas empresas y start-ups ‘millenials’ ya nacen globales y nómadas. Esto les permite llegar a decenas de mercados muy rápido gracias al foco en las comunicaciones en red y el uso de herramientas colaborativas, en contraposición a la lentitud y coste de poner en marcha oficinas tradicionales.
Herramientas de comunicación para empresas nómadas digitales
Gracias a la telefonía en la nube es posible gestionar una centralita telefónica virtual desde cualquier lugar, en tiempo real. Los sistemas de telefonía en la nube ofrecen posibilidades ilimitadas para la movilidad y ‘nomadización’ de las comunicaciones:
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Activar extensiones fijas y móviles sin límite, operativas en todo el mundo, para los empleados ‘nómadas’.
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Disponer de extensiones ‘webphone’ para convertir el navegador web de una tableta o laptop en un terminal telefónico accesible desde cualquier lugar con conexión a Internet (adiós al teléfono de sobremesa).
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Disponer de APPs móviles para llevar la extensión telefónica corporativa en el móvil personal, y no necesitar llevar dos móviles encima.
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Ampliar o reducir el número de extensiones en tiempo real, para pagar solamente por las que usan en cada momento.
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Acceder a estadísticas e informes de coste de cada línea, extensión y usuario, desde un panel de control online.
Una centralita telefónica virtual también proporciona otras ventajas a una empresa de nómadas digitales:
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El asistente virtual con reconocimiento de voz para responder las llamadas sin la necesidad de disponer de un recepcionista físico en cada país u oficina.
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Enrutamientos inteligentes para llevar las llamadas a la extensión y usuario adecuado en cada caso en función de multitud de parámetros.
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La grabación de llamadas para registrar, almacenar, buscar y reproducir todas las llamadas, o las que se necesiten en cada momento.
En un entorno laboral donde todo evoluciona y avanza rápidamente, y en el que están surgiendo nuevos perfiles profesionales que buscan alternativas a los parámetros de trabajo establecidos, es clave que existan tecnologías que puedan adaptarse a estas nuevas formas de vida y de trabajo.
Las comunicaciones en la nube aportan flexibilidad, eficiencia y simplicidad a las empresas del siglo XXI que deben dar respuesta rápida en un mundo dinámico y globalizado. A través de herramientas de comunicación y colaboración virtual, las empresas ‘Digital Nomads’ son una realidad cada vez más consolidada, ya que pueden ofrecer servicio estén donde estén, ahorrando costes y tiempo.
Las empresas de nómadas digitales ya están aquí y han venido para quedarse.