Aunque no existe una hoja de ruta clara para que los empleados vuelvan a la oficina en medio de la pandemia y con el actual repunte de casos de COVID-19, los líderes empresariales están contemplando el regreso a la oficina y se enfrentan a diversas dificultades debido a la amenaza persistente del virus.
Las organizaciones de todos los tamaños y sectores tienen trabajo que hacer antes de volver a la normalidad en la oficina. Deben plantearse las siguientes cuestiones: ¿Sus empleados confían en que el entorno laboral será seguro? ¿Se priorizarán todos los aspectos de su bienestar? ¿Qué medidas de seguridad se aplicarán? Toda empresa debe responder a estas preguntas con honestidad y luego comunicar las respuestas de forma clara a los empleados.
5 desafíos a los que se enfrentan las organizaciones para la vuelta a la oficina y cómo afrontarlos
1) Gestionar el acceso al espacio laboral y limitar la exposición
¿Cómo gestionarán las empresas el riesgo a la hora de volver a la normalidad en la oficina? Ésta es una pregunta que algunos están abordando con un proceso de registro más detallado, como pedir a los empleados que informen sobre viajes recientes, resultados de COVID-19, síntomas o exposición a cualquier persona que haya estado enferma.
Un sistema digitalizado que permita a los empleados autoinformar los síntomas y una posible exposición ofrece a las organizaciones una mejor oportunidad de evitar riesgos y proporcionar confidencialidad. Las empresas pueden recomendar de manera proactiva las acciones apropiadas, como quedarse en casa y teletrabajar. Por lo tanto, la adopción de medidas de seguridad a largo plazo es lo que se necesita para mantener el lugar de trabajo seguro a medio plazo.
2) Mantener la confidencialidad de los empleados
Cuando se trata de controles de salud y registros médicos, los empleados tienen derecho a un grado de privacidad que esta crisis pone a prueba. Toda la información médica sobre un empleado en particular, incluidos los resultados de los controles diarios de temperatura, debe almacenarse en un archivo separado del archivo personal del empleado para mantener su privacidad. Si se sospecha o se confirma que un empleado tiene COVID-19, debe informarse a todos los miembros del equipo que hayan estado potencialmente expuestos e indicarles que se queden en casa durante 14 días sin revelar la identidad de la persona infectada.
3) Implementar flexibilidad laboral
La vida es cualquier cosa menos predecible en este momento, y las empresas deben priorizar la flexibilidad a medida que comienzan a traer empleados de vuelta a la oficina. Por ello, es probable que las organizaciones necesiten adoptar un enfoque por etapas cuando los empleados vuelvan al trabajo y deben tener en cuenta las necesidades de cada individuo al determinar las adaptaciones adecuadas.
Los desplazamientos a la oficina son el mejor lugar para comenzar. Los empleados que utilizan el transporte público se enfrentan al mayor riesgo a causa de la masificación que se produce en los autobuses y trenes en las horas punta. Como solución, las empresas pueden adoptar “turnos” de entrada a la oficina para ofrecer a las personas la flexibilidad de viajar en transporte público en las horas de menor actividad.
Asimismo, el trabajo remoto, que sigue siendo recomendado por las autoridades gubernamentales, puede seguir funcionando proporcionándoles las herramientas necesarias y al que los empleados ya están acostumbrados después de tantos meses.
4) Mantener una comunicación clara y coherente
Con nueva información disponible todos los días sobre la COVID-19, es importante comunicarse regularmente con los empleados sobre las medidas que se están tomando para mantenerlos seguros. Las actualizaciones periódicas por correo electrónico (newsletters) con las últimas noticias y cualquier cambio de política son fundamentales.
Ayudar a los trabajadores a mantenerse informados y establecer un diálogo con la gerencia también puede contribuir en gran medida a generar confianza. Las encuestas son excelentes para esto, pero se limitan a capturar el sentimiento de los empleados en un momento preciso. Para ello, las mismas herramientas de comunicaciones dinámicas que mantienen a las personas conectadas mientras trabajan desde casa pueden ayudarlas a mantenerse en contacto cuando regresan a la oficina.
Asimismo, un canal designado en una plataforma colaborativa que sea sólo para actualizaciones relacionadas con la COVID-19 puede alentar a los empleados a compartir recursos. Aquí, nuevamente, los empleados pueden apreciar el anonimato cuando se trata de hablar sobre su situación personal.
5) Mantener una cultura laboral vibrante
La mayoría de las empresas se centran en los obstáculos más inmediatos de la reapertura, como garantizar la salud y la seguridad de sus empleados, pero también es un desafío tratar de descubrir cómo mantener el ánimo mientras la oficina se llena de nuevo.
Por encima de todo, las empresas deben empatizar con los empleados para evitar su ansiedad y sus miedos sobre lo que significa el regreso al trabajo para ellos y sus familias. Hacer hincapié en la seguridad, la privacidad y la transparencia antes de la vuelta puede ayudar a establecer la confianza que toda organización necesitará para avanzar horizontalmente.